La arquitectura y Alfred Hitchcock (II)


Alfred Hitchcock


Además de las casas, la mayor parte de los escenarios en los que rodó Alfred Hitchcock fueron construidos en estudio, dónde él podía tener control total sobre el punto de vista, los aspectos técnicos y la representación del espacio. En estos platós, acostumbraba a recrear lujosos apartamentos burgueses, es decir, de clases acomodadas. Suponían el marco perfecto en el que presentar a una serie de personajes en un ambiente opresivo y amenazante. Del mismo modo que en el post anterior con las casas, estos apartamentos se convertían trampas de las que no hay forma de salir hasta resolver el misterio. Lugares de aparente normalidad en los que suceden verdaderas atrocidades.

Los interiores se nos muestran abigarrados y con sensación de hermetismo. La puesta en escena es teatral, lo que nos transmite una mayor percepción de confinamiento, hasta de ratonera en algunos casos. Todo esto entronca con las bases del argumento gótico, con las viviendas como escenarios constrictores y portadores de intrigas. Era en estos sets precisamente, en los que tenía mayor dominio, dónde se hacía mayor énfasis en esta representación. Elementos arquitectónicos como puertas, escaleras o ventanas resultaban más accesibles en un plató y su protagonismo, superior. Determinadas conductas humanas como el voyeurismo* o transtornos como la psicopatía no fueron nunca escenificadas tan de cerca.

El lenguaje de los movimientos de cámara, la edición o otras prácticas cinematográficas tienen especial relevancia en el análisis de los escenarios y los films que examinaremos a continuación. Entremos, pues, si se atreven.




Apartamentos

La soga (Rope, 1948)

La que es una de mis películas de Hitchcock preferidas, es también una de las producciones más intrincadas, en términos de sets de rodaje. Fue una de sus cintas más experimentales y más arriesgadas, al huir de las convenciones de filmación estándar y crear un set en el que la grabación fuera continua, similar a una obra de teatro, limitando la edición hasta casi su inexistencia. Efectos habituales de transición, como el fundido a negro, se conseguía colocando la cámara en la espalda de uno de los actores hasta que la imagen quedaba oscura, entre otros recursos. El magnífico ciclorama* situado al fondo, fue el más grande que se había usado hasta la fecha, con maquetas del Empire State o el edificio Chrysler de Nueva York.


El ciclorama que se ve a través de las ventanas en La soga.
El ciclorama que se ve a través de las ventanas en La soga.


Cada escena se rodaba ininterrumpidamente durante unos 10 minutos. Se filmó en un único plató, a excepción de la escena de apertura, y fue ideado concienzudamente para facilitar determinados movimientos de cámara. Las paredes llevaban ruedas para poder ser movidas sin ruido durante el rodaje. Los técnicos de atrezzo debían desplazar los objetos que conformaban el mobiliario, con el fin de facilitar el paso de la enorme cámara de Technicolor*. Los actores, que tenían marcas en el suelo para conservar su posición, ensayaron durante semanas para rodar de manera continua como ocurre en las obras de teatro.


El estupendo reparto de La soga, en el que destacan sobre todo James Stewart, Farley Granger y Sir Cedric Hardwicke como habituales de Hitchcock.
El estupendo reparto de La soga, en el que destacan sobre todo James StewartFarley Granger y Sir Cedric Hardwicke como habituales de Hitchcock.


Todo este proceso está al servicio de la historia y sus inevitables connotaciones, tratándose de una película de este director. La psicopatía de los personajes principales se muestra en el hecho de que son capaces de asesinar a sangre fría, con el único propósito de demostrar que puede cometerse el crimen perfecto y salir indemne. Son varias las referencias a Nietzsche y a su idea del superhombre*. De una perversión exacerbada, en esta película se debate abiertamente y hasta se justifica, el tema del homicidio, desde una perspectiva marcadamente intelectual para destrozar al final tales conjeturas.

El espacio es vital en esta película, ya que el tipo de apartamento que representa junto con la acentuada ambientación teatral, sirve para contraponer la razón con el delirio, la convención con la atrocidad.


Alfred Hitchcock en medio de un complicado rodaje en La soga.
Alfred Hitchcock en medio de un complicado rodaje en La soga.


Fue, en definitiva, un frenético rodaje calculado al milímetro, para escenificar un ambiente opresivo enfatizando la sensación de progresión. Sólo una mente como la de Alfred Hitchcock podía concebir tal experimento.



La ventana indiscreta (Rear window, 1954)

Este film fue rodado íntegramente en estudio, como en el caso anterior. La ventana indiscreta fue la primera película que Hitchcock realizó para la Paramount, justo después de finalizar Crimen perfecto con la Warner Bros. El set supuso una de las construcciones más enormes (casi tan colosal como las de Cecil B. DeMille*) y más elaboradas en términos de sonido. Era precisa una acústica superior para poder captar todos los sonidos que pueden escucharse en un patio de vecinos. Hay que destacar que la mayor parte de su banda sonora se basa en las canciones que escuchamos a través del patio o los sonidos de la vida cotidiana. Además de esto, el director utilizó el storyboard, algo no muy habitual en aquella época, para diseñar los puntos de vista y los movimientos de cámara.


Alfred Hitchcock dirige a James Stewart en La ventana indiscreta.
Alfred Hitchcock dirige a James Stewart en La ventana indiscreta.


Las referencias para recrear este patio de vecinos fueron los barrios del Greenwich Village de Nueva York. Una unidad de producción de la cinta se desplazó hasta la Gran Manzana para obtener fotografías en las que basar sus diseños. Se construyó en el plató 18 de los estudios Paramount y se recrearon 31 apartamentos en los que la acción principal transcurría en ocho estancias completamente amuebladas*. Además de escaleras de incendios, jardines, un callejón, parte de la calle y la vista de la ciudad de fondo. Toda una obra magna al servicio del director británico. Del mismo modo que La soga, esta película supone una gran inversión en medios técnicos para recrear espacios comunes. No deja de ser curioso que sean estos escenarios los más complicados de rodar.

El colosal escenario de La ventana indiscreta.
El colosal escenario de La ventana indiscreta.


En esta cinta, el confinamiento o la reclusión del protagonista, son aspectos capitales de su argumento. No olvidemos que el protagonista está postrado en una silla de ruedas al haberse roto la pierna. Por ello, una vez más, la sensación de claustrofobia y la revisión de escenarios corrientes como lugares en los que se esconden siniestros crímenes, son temas clave. Otro matiz importante en la trama es el voyeurismo del protagonista, L. B. 'Jeff' Jefferies (James Stewart). Todo el set está construido desde el punto de vista de Jeff, colocando la cámara de manera que el espectador se encuentra en el eje central de la acción.


El punto de vista es siempre el que tiene James Stewart, su protagonista.
El punto de vista es siempre el que tiene James Stewart, su protagonista.


El uso de la música con fines connotativos es también habitual en Hitchcock y especialmente notorio en este film. Un ejemplo sería la canción To see you is to love you de Bing Crosby, para la escena en la que una de las vecinas imagina que está cenando con una cita pero en realidad está sola. Otra muestra más de la capacidad del director para sugestionar al espectador.

Esta película supone una de las más conocidas y técnicamente superiores de la filmografía del director de Londres.

Con estos dos ejemplos, además del de Crimen perfecto (del que ya hablamos en su momento), he querido ilustrar superficialmente la enorme importancia del espacio arquitectónico en todas las películas del director. Espero que, a partir, de ahora no subestiméis la casa en la que os acogen y aún menos si se trata de Alfred Hitchcock.


Podéis leer también La arquitectura y Alfred Hitchcock (I).


Notas

* voyeurismo
La palabra proviene del francés voir (ver) con el sufijo -eur (el que mira). Este término designa una conducta en la que se observa, normalmente desde lejos, a personas realizando algún tipo de actividad sexual con el fin de generarse placer.

* ciclorama
Es una tela que se coloca al fondo del escenario, que nunca se mueve de lugar. Usada mayoritariamente en teatro, sirve para conformar imágenes de fondo que simbolizan el cielo o cualquier otra imagen que se quiera exhibir de fondo. Es de mucha ayuda para generar efectos de luces, conseguir profundidad en un escenario y proyectar efectos meteorológicos.

* Technicolor
Proceso cinematográfico de transición del blanco y negro al color, más extendido en la historia del cine y perfeccionado a lo largo de los años. Sus primeros usos fueron en las películas Lo que el viento se llevó (1939) y El mago de Oz (1939). Para más información http://www.widescreenmuseum.com/oldcolor/technicolor1.htm

* superhombre
Concepto creado por Friedrich Wilhelm Nietzsche, en el cuál el hombre se erige sobre el resto al generar su propio código de valores sustentados en la voluntad de poder. Esta teoría se expone en el libro Así hablo Zaratustra. Para ampliar conocimientos podéis leer http://suite101.net/article/el-superhombre-a3006

* Cecil B. DeMille
Uno de los directores de cine más conocidos, especialmente durante la primera mitad del siglo XX. Fue famoso y característico por sus superproducciones plagadas de extras y sets colosales. Entre sus películas más célebres destacan Cleopatra (1934), El mayor espectáculo del mundo (1952) y Los diez mandamientos (1956). Aquí su reseña en Imdb http://www.imdb.com/name/nm0001124/

* ocho estancias completamente amuebladas
Referencia al escrito del professor Scott Curtis a su escrito The making of Rear Window, editado por John Belton para la Cambridge University Press. 2000.

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